Aunque el Gobierno de Daniel Noboa eliminó el subsidio y fijó el precio del galón de diésel en $2,80, Ecuador mantiene el quinto valor más bajo de la región, incluso más barato que en Estados Unidos, donde cuesta $3,77. La medida, según el exministro de Economía Fausto Ortiz, llega en el momento adecuado. ¿Cuál es realmente el ahorro fiscal que se logrará en 2025 y 2026?
Desde el pasado 13 de septiembre de 2025, dentro de la eliminación de subsidio decretada por el presidente Daniel Noboa, el precio del galón de diésel se ubicó en $2,80, pero aun así Ecuador conserva una de las tarifas más bajas de la región.
Solo Venezuela ($0,02), Bolivia ($2,038), Trinidad y Tobago ($2,461) y Colombia ($2,701) ofrecen precios menores.
El precio es de $4,246 por galón en otros países de la región como Perú, de $4,186 en Brasil, de $4,230 en Costa Rica, de $4,147 en Cuba, de $3,310 en El Salvador, de $4,074 en Argentina, de $4,754 en Uruguay y de $5,299 en México. El galón de diésel en Estados Unidos alcanza los $3,77.
Esta realidad deja en evidencia que, pese al fin del subsidio, Ecuador sigue teniendo un diésel relativamente barato frente al promedio regional, lo que resta argumentos a quienes plantean que el país enfrenta un alza desmedida.
Una de las razones de fondo de que el diésel en Ecuador sea más barato, de acuerdo con Carlos López, ingeniero petrolero, está ligada a la calidad. En el decreto 126, firmado por Noboa, se establece en la disposición transitoria segunda que: “Petroecuador deberá reducir progresivamente el contenido de azufre en el diésel premium hasta alcanzar, en el plazo de 12 meses, las cincuenta partes por millón (equivalente a la calidad Euro IV)”
Eliminación del subsidio al diésel: un momento político y económico calculado
El exministro de Economía, Fausto Ortiz, sostiene que el Gobierno eligió bien el momento para eliminar el subsidio. “Si se tomaba la medida en enero de 2025, con un precio del petróleo sobre $75, no eres presidente. Si se tomaba en mayo, con el barril en $57, pero luego subía a $70 en junio, tampoco era negocio. Salir con la medida en septiembre, con el crudo en $62,61, y perspectivas de estabilidad, fue bien jugado”, explicó.
Ortiz advierte que la reducción del subsidio no solo permitirá un respiro fiscal, sino también un freno a la creciente demanda interna de diésel, que en 2024 llegó a 1.700 millones de galones.
Ahorros fiscales inmediatos y a futuro con la eliminación del subsidio al diésel en EcuadorEl impacto fiscal será gradual. Según Ortiz, este año el fisco se beneficiará de un ahorro neto de unos $200 millones, al aplicarse la medida solo durante el último trimestre y al pagarse varias compensaciones. Para 2026, en cambio, con 12 meses de vigencia, el ahorro proyectado ascenderá a $800 millones, además de una reducción en la importación de combustible como consecuencia de menor demanda interna.
El Gobierno ha difundido una meta más ambiciosa: alcanzar un ahorro de $1.100 millones anuales que se destinarán a programas sociales y de reactivación productiva.
Transporte pesado y público, los más golpeados con la eliminación del subsidio al diésel
El nuevo precio impacta directamente a los 424.000 vehículos que funcionan con diésel, lo que representa el 14% del parque automotor nacional. La mayoría corresponde a buses, camiones, tráileres, volquetas y tanqueros, es decir, al transporte público y pesado.
Según cálculos del investigador energético Juan M. Miller, un bus que antes gastaba $80,1 para llenar 44,5 galones, ahora debe pagar $124,6 para recorrer la misma distancia. Este encarecimiento en los costos de operación amenaza con trasladarse a las tarifas de transporte y al precio de productos básicos.
Para mitigar el impacto, el Ejecutivo anunció 18 medidas compensatorias, que incluyen bonos de entre $450 y $1.000 por ocho meses para buses urbanos, la compra de tractores, el Bono Raíces para pequeños productores y un fortalecimiento del Bono de Desarrollo Humano, entre otros.
Sin embargo, organizaciones indígenas, gremios de transportistas y trabajadores han calificado el ajuste como un “paquetazo” y convocaron movilizaciones. Los transportistas de Pichincha fueron los primeros en anunciar una paralización desde el 15 de septiembre, pero luego la suspendieron.
El presidente Noboa trasladó temporalmente la sede de la Función Ejecutiva a Latacunga, en un gesto político para manejar la crisis desde el centro del país.
El ministro de Infraestructura y Transporte, Roberto, Luque, durante una entrevista en Ecuavisa este 15 de septiembre de 2025, reconoció que no se reunió con toda la dirigencia del transporte antes de tomar la medida de la eliminación del subsidio.
“¿Usted sabe cuántos dirigentes del transporte hay? A nivel nacional hay siquiera unas 50 personas. ¿Me reuní con 50 personas en un tema tan delicado antes de tomar la medida? No, no me reuní con 50 personas. Me reuní con muchos de ellos. Igual el diálogo está abierto”, apuntó.
Luque aseguró que, si bien la medida no fue “perfectamente socializada”, por lo menos fue “pensada para que los recursos vayan a los que más lo necesitan”.
Al inicio de este 15 de septiembre, según Luque, hay 1.500 transportistas registrados para recibir el bono de compensación. El Gobierno espera llegar a más de 23.000.
El ministro dijo que nunca los transportistas urbanos han sido beneficiarios de una compensación como la que se está planteado, pero recordó que es una medida temporal porque son los municipios los que controlan este tipo de transporte.
Los pagos para los primeros 1.500 inscritos se realizarán este mismo 15 de septiembre, de acuerdo con Luque.
Hay que recordar que, según el decreto 126, la compensación es solo para los transportistas urbanos, intra e interprovinciales. La temporalidad inicial son 8 meses, con la posibilidad de extenderse por 4 meses más. Es decir, esa compensación podrá durar máximo 1 año y luego todo estará en manos de los gobiernos locales, incluido el precio de los pasajes.
La vocera presidencial, Carolina Jaramillo, anunció una compensación de un poco más de $30 millones para el transporte de carga, pero sin explicar cómo se lo hará y cómo se calculó esa compensación.Medio siglo de subsidios que marcaron a Ecuador: foco de gasto público ineficienteLa política de subsidios a los combustibles en Ecuador tiene más de 50 años de vigencia. Desde 1974, distintas administraciones han mantenido estos apoyos como mecanismo para abaratar los costos del transporte y contener la inflación, aunque a costa de un enorme peso para las finanzas públicas.
Entre 2015 y 2022, el Estado destinó más de $76.000 millones en subsidios energéticos, de los cuales el 45 % se concentró en el diésel, el 27 % en gasolinas y el 12 % en gas licuado de petróleo.
Gabriela Calderón, investigadora del Cato Institute, sostiene que se trata de una política regresiva y distorsionada. “Después de medio siglo de distorsiones, empezar a desmontarlas gradualmente es una señal positiva”, afirmó.
Gobiernos pasados: entre intentos fallidos y retrocesos para desmontar subsidios en EcuadorLa eliminación del subsidio al diésel, decretado por Noboa (que se junta con el proceso exitoso de desmontaje del subsidio de las gasolinas extra y ecopaís en 2024), se enmarca en una larga historia de intentos previos frustrados.
En 2019, el expresidente Lenín Moreno intentó eliminar los subsidios, pero un estallido social lo obligó a dar marcha atrás y a reinstaurar el beneficio. A inicios de octubre de 2019, dentro de un acuerdo recién firmado con el FMI, Moreno eliminó el subsidio de las gasolinas y el diésel. En el caso del diésel, el precio sin subsidio establecido en ese momento fue de $2,28 por galón.
Luego ese intento fallido, que desencadenó un paro violento por dos semanas en octubre de 2019, Moreno implementó un sistema de bandas de precios en 2020 (en medio de la pandemia) para ir desmontando poco a poco los subsidios.
Poco más de un años después, en 2021, Guillermo Lasso suspendió el sistema de bandas y congeló el precio del diésel en $1,90, apostando por la estabilidad en lugar de reformas de fondo. Ocho meses después, un paro violento en junio de 2022 dio como consecuencia una caída de 10 centavos en el precio del diésel. Ese precio de $1,8 se mantuvo hasta que Noboa ahora implementa su plan para acabar con el subsidio al diésel.
El nuevo precio de $2,8 por galón se mantendrá hasta el 11 de diciembre de 2025; inmediatamente después entrará en vigencia una banda de fluctuación en donde el precio podrá subir un máximo del 5% o bajar un máximo del 10% cada mes. (JS)

