El paro nacional convocado por la Conaie cumple 16 días y ya deja pérdidas superiores a $200 millones en el país, sobre todo en la Sierra Norte y Centro. La floricultura, la agricultura, el turismo y el comercio están entre los sectores más golpeados, mientras miles de familias viven días de incertidumbre, sin poder trabajar ni movilizarse. La Sierra Centro y Norte ya ha perdido entre el 0,3% y 0,4% de su PIB.
El paro nacional impulsado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) cumple este 7 de octubre 16 días de bloqueos en carreteras de la Sierra Norte y Centro. Aunque su magnitud no alcanza la de los paros de 2019 o 2022, el daño acumulado en todo el país, como solo por pérdidas de ventas, sino también por negocios que ya no se concretaron y demoras logísticas, entre otros, ya supera los $200 millones.
Las pérdidas vinculadas con ventas del sector industrial oscilan entre $3 y $6 millones, según la Cámara de Industrias y Producción (CIP).
Golpe a la producción y a la vida diaria
Las afectaciones más severas se concentran en Carchi, Imbabura, Pichincha, Tungurahua y Chimborazo, donde la movilidad se mantiene limitada y la producción agrícola y florícola está semiparalizada.
Solo en Carchi e Imbabura, las pérdidas superan los $42 millones, según la Cámara de Comercio de Tulcán, debido a la paralización del transporte, el cierre de comercios y el desperdicio de productos perecibles.
“La leche se está botando. Estamos hablando del equivalente a una piscina olímpica llena de litros que se van a la basura”, lamentó Luis Alberto Salvador, director del Comité Empresarial Ecuatoriano. “El pequeño agricultor, el ganadero o el comerciante que vive del día a día no puede trabajar ni vender. La factura la pagamos todos los ecuatorianos, y los más pobres son los que más sufren”, acotó Salvador.
Los productores de leche pierden alrededor de $160.000 diarios, mientras los agricultores enfrentan alzas de hasta 30% en los costos logísticos por los desvíos. El comercio minorista en ciudades como Otavalo deja de facturar entre $200.000 y $300.000 diarios, y el transporte de carga —que antes tardaba 7 horas entre Tulcán y Quito— ahora demora hasta 26 horas.
Floricultura y agricultura, los más castigados
La floricultura, concentrada en Imbabura y norte de Pichincha, reporta pérdidas acumuladas de $7 a $8 millones, según Alejandro Martínez, presidente ejecutivo de Expoflores. “Ya hay fincas que no tendrán cosecha para San Valentín porque no pudieron preparar los cultivos durante el paro. Esto compromete la producción del próximo año”, explicó. Es decir, las pérdidas no son solo presentes, sino también futuras.
Además, 35.000 trabajadores del sector florícola se han visto directamente afectados, muchos caminando horas para llegar a sus fincas o sin poder hacerlo por miedo y bloqueos. “Las comunidades están cansadas, hay miedo, pero también desesperación. La gente quiere volver a trabajar”, añadió Martínez, quien denunció actos de violencia y extorsión en varias fincas.
Turismo paralizado a puertas del próximo feriado
El paro amenaza con borrar uno de los feriados más esperados del año. El presidente de la Federación Nacional de Hoteles del Ecuador, Mauricio Letort, advierte que las pérdidas del sector turístico podrían alcanzar entre $35 y $40 millones solo durante el feriado del 9 al 12 de octubre. Esto si el paro se mantiene en las mismas condiciones actuales.
“El turista deja de viajar no solo cuando se cierra la carretera, sino desde el anuncio del paro. Estamos recibiendo cancelaciones hasta para 2026”, alertó.
El turismo interno, que dinamiza los viajes entre Sierra y Costa, también se ha frenado. En la Costa, apenas el 40% de las reservas se ha concretado. “La gente tiene miedo de quedarse atrapada en la carretera”, explicó Carlos Abad, presidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena.
Como publicó LA HORA, el turismo en Imbabura ya acumula más de $30 millones en pérdidas y tardará al menos seis meses en recuperar el flujo de visitantes, según gremios locales.
Una economía regional en riesgo
Un análisis basado en datos del Banco Central muestra que la Sierra Norte y Centro generan unos $100.000 millones anuales, lo que equivale a $275 millones diarios. Con los bloqueos actuales, se estima que entre el 3% y el 8% de la producción diaria se ha detenido en sectores clave, y la pérdida acumulada ya representa entre 0,3% y 0,4% del PIB regional.
En los paros de octubre de 2019 y junio de 2022, con base en las cifras levantadas por el Banco Central, se perdió entre el 0,7% y 1% del PIB nacional.
Roberto Medina, economista e investigador en temas de desarrollo y crecimiento, explicó que, si bien las pérdidas directas se enfocan en los sectores donde están las protestas y los cierres de vías, “Toda la economía nacional sufre este tipo de paros y se generan pérdidas de negocios futuros, cancelaciones de viajes turísticos, mayores costos que generan menos utilidades, que a su vez reducen inversiones y hasta contratación de personal”
Ahora es la Sierra Centro Norte la más afectada, y aparentemente todo el resto del país está normal, sobre todo la Costa. Pero, como ya analizó LA HORA, esos paros pulverizan la imagen internacional del país como una economía confiable y destino de inversiones. Esto, de acuerdo con Medina, golpea a la actividad económica y productiva de todo el país.
“Cada tres años volvemos al mismo escenario. 2019, 2022 y ahora 2025. No podemos seguir viviendo en este ciclo de parálisis que destruye la confianza y el empleo”, reclamó Salvador. El riesgo país superó los 760 puntos durante los días más críticos del paro, reflejando la percepción de inestabilidad entre inversionistas.
Los empresarios reconocen el derecho a la protesta, pero denuncian una deriva violenta. “Esto ya no es una manifestación, es una forma de extorsión. Si quieres abrir tu negocio, te cobran. Si quieres pasar, te cobran. Hay familias que se sienten secuestradas”, sostuvo el titular del Comité Empresarial.
El Gobierno intenta contener el impacto con la apertura de corredores logísticos, entrega de bonos y diálogo territorial, pero los gremios insisten en medidas de alivio financiero: créditos puente, planes de reactivación y compensaciones para los sectores más vulnerables. (JS)

