A casi un año de los incendios en la parroquia San Pedro de Vilcabamba, cerca de 12 hectáreas han sido reforestadas hasta ahora, mientras se espera la intervención de drones para dispersar semillas en zonas de difícil acceso.
En noviembre de 2024, un incendio forestal consumió aproximadamente 4000 hectáreas de vegetación en San Pedro de Vilcabamba, afectando tanto áreas productivas como ecosistemas de gran biodiversidad. Entre las zonas impactadas se encuentran aproximadamente 1.900 hectáreas del Parque Nacional Podocarpus, ubicado en una región de alto endemismo en el sur de Ecuador.
Plan de reforestación
El incendio, que requirió la intervención de cuerpos de bomberos de diversas ciudades, voluntarios y helicópteros provenientes de Perú e Italia, no dejó víctimas mortales, pero provocó significativos daños en la flora y fauna locales. Como respuesta, en aquel entonces las autoridades locales diseñaron un plan de reforestación liderado por el Gobierno Parroquial de San Pedro de Vilcabamba y la Prefectura de Loja, priorizando la restauración del ecosistema mediante especies nativas como alisos y nogales, fundamentales para la recuperación de las cuencas y microcuencas hídricas de la zona.
El plan fue diseñado para implementarse en dos etapas: en áreas de difícil acceso se prevé la dispersión de semillas mediante drones proporcionados por la Prefectura, mientras que en zonas accesibles se plantan manualmente, mediante jornadas de reforestación, especies con la colaboración de voluntarios, comuneros y otros grupos organizados. Se esperaba iniciar las actividades entre febrero y marzo, una vez que las lluvias estabilizaran el suelo.
Situación actual y próximos pasos
Hasta la fecha, según Jimmy Toledo, presidente del Gobierno Parroquial, solo aproximadamente 12 hectáreas han sido intervenidas mediante tres jornadas comunitarias que iniciaron en marzo del año en curso, con apoyo del colectivo Loja en Acción, el Municipio y la Prefectura.
“La reforestación no ha sido mucha porque el terreno en la parte alta, cerca del Podocarpus, es de difícil acceso. Ahí la Prefectura nos ofreció ingresar con drones para dispersar semillas. Este trabajo tomará tiempo debido a la gran cantidad de hectáreas afectadas”, explicó Toledo.
Actualmente, la parroquia gestiona nuevas plantas nativas como aliso, nogal, guararo y guayacán blanco que se prevé entregar directamente a los propietarios de los terrenos afectados, promoviendo la corresponsabilidad en el cuidado del bosque. Además, se planifican nuevas jornadas de reforestación para finales de diciembre, coincidiendo con la temporada de lluvias y garantizando mejores condiciones para el crecimiento de los árboles.

